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Gafas Reticulares

Las gafas reticulares se caracterizan por sus lentes con agujeros redondos. No son aptos para conducir vehículos ni practicar deportes extremos.

Si necesitas gafas para leer, ver la televisión, usar el ordenador, ... es decir para ver de lejos o ver de cerca, puedes utilizar las gafas reticulares, las cuales te ayudarán a reducir el estrés ocul...

Las gafas reticulares se caracterizan por sus lentes con agujeros redondos. No son aptos para conducir vehículos ni practicar deportes extremos.

Si necesitas gafas para leer, ver la televisión, usar el ordenador, ... es decir para ver de lejos o ver de cerca, puedes utilizar las gafas reticulares, las cuales te ayudarán a reducir el estrés ocular, a mejorar tu agudeza visual y mantener el sistema visual estimulado.

El estrés ocular es principalmente el efecto de mantener la mirada a una misma distancia o casi invariable y en un rango de movimientos reducidos o nulos durante periodos de tiempo largos y con carácter rutinario tiene un efecto acumulativo. En general se produce al mirar objetos planos inmóviles como por ejemplo: televisores, monitores de ordenador, tablets. Este efecto también puede darse en mayor o menor medida en el estudio o la lectura y con mayor probabilidad si se realiza con el uso de gafas graduadas o lentillas.

Al utilizar las gafas reticulares se ve mejor porque los agujeros hacen que la luz se concentre y entre en línea recta incidiendo directamente sobre la mácula (zona central de la retina), punto de mayor agudeza visual. Esto se conoce como efecto estenopeico.

Están especialmente indicadas para todos los síntomas de la visión para los que se suelen recetar gafas graduadas: miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia (visión cansada). En concreto se utilizan para todos los síntomas con una graduación entre 0 y 5 dioptrías. Para graduaciones más altas se requieren agujeros más pequeños

Al utilizarlas  debemos mirar a través de un agujero cada vez, saltando nuestra mirada de un punto a otro. Así se evita la mirada fija y se favorece el movimiento continuado de los ojos. Después de usar las gafas reticulares los ojos quedan relajados y más vivos, y la percepción visual suele ser mejor que antes. Este efecto es temporal y requiere constancia para adquirir un carácter más permanente.

Conviene tomar el siguiente hábito: variar la distancia de enfoque cada 20 minutos, a unos 20 metros (o más) durante unos 20 segundos. Por ejemplo, si se está mirando la pantalla del ordenador se para al menos 20 segundos y se mira a través de una ventana.

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